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domingo, 1 de marzo de 2015

Si lo vives, desde el corazón, lo recordarás, si lo haces desde la mente, no. (Esteve Costa)

Si lo vives, desde el corazón, lo recordarás, si lo haces desde la mente, no. (Esteve Costa)

Esta semana en un ensayo de Coral, el director de la misma, dijo esta frase, que me pareció hermosa. Creo poder afirmar que se puede extrapolar a muchas situaciones en la vida, a muchos procesos. Todo aquello que vivimos, que experimentamos, ya sea en un proceso de aprendizaje como en un proceso de enseñanza desde el corazón, sintiéndolo, es fácil que lo recordemos.
Como padres a menudo nos comunicamos tan sólo a través de la mente, hablan nuestras creencias, nuestros pensamientos arraigados y mecánicos. Para vivir con sinceridad el momento y la experiencia hace falta más que un disco rayado, hace falta un pequeño esfuerzo de sentir.
Cualquier pequeña conversación que tengamos con cualquier persona se quedará grabada en nuestras células si en ese momento la vivimos como una experiencia/oportunidad de enriquecernos y enriquecer.  Si la realizamos como un mero trámite más en una cadena de aconteciemientos que debemos pasar  probablemente no lo recordemos pasados unos días o unos meses.
Como padres, pasamos años teniendo experiencias hermosas, podemos grabarlas y hacerlas más ricas si aplicamos más el corazón y menos la mente. Una palabra que puede reflejarlo es a la empatía. Empatía hacia los hijos, hacia una obra de arte, hacia un pensamiento, en cualquier relación. Y que és la vida sino una relación?



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